El pasado 25 de Junio, el Ministro de Justicia declara que tras el indulto concedido al Guardia Civil, que grabó con su móvil a su compañero mientras cometía un delito sexual,  dice “éste no cometió ningún delito, sólo omitió el deber de perseguir delitos”.

Dicho Guardia Civil es hijo de un Concejal del Partido Popular en Asturias y fue “desterrado” a la isla de Lanzarote, como si quisieran enterrar los delitos sexuales en la otra esquina de España.

Vemos así que siguen cometiendo delitos de abuso sexual en los que la impunidad se sigue cebando de forma estructural en nuestras instituciones, intentando tapar el bulto con el “destierro”, pero permitiendo que se siga ejerciendo el abuso de poder desde su puesto de trabajo, además en una Comunidad donde se da mayor número de denuncias por Violencia de Género.

En un mes donde el anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada (la llamada Contrarreforma de la Ley del Aborto) sigue avanzando y supone una cuenta atrás en los derechos sexuales y reproductivos que tenemos las mujeres, estas declaraciones bochornosas del  Ministro no pueden dejarnos impávidos/as ante la negación de los derechos fundamentales que tenemos las mujeres a que no se nos acose sexualmente en los lugares públicos, a que se tenga en cuenta los efectos psicológicos que tiene en una mujer cuando es agredida sexualmente en la cual los agentes de la ley tendrían que defenderla y no usar su poder para ridiculizarla, humillarla y estigmatizarla.

El señor Ministro de Justicia considera que esta forma de maltrato sexual, no supone un deterioro en las personas que la padecen, cuando se retractan por la vergüenza que supone haber sufrido una intimidación de este calibre, “ya que la víctima manifestó su conformidad de darle el indulto a este Guardia Civil”, según refiere Gallardón.

Los delitos sexuales siguen siendo otra forma de destruir los derechos sexuales de la víctima al  usarle como objeto sexual en sus distintas formas. Si el derecho al aborto se transforma en una negación de la libertad de las mujeres y de las víctimas, supondría un retroceso para la mitad de la población en pro del abuso de poder en los hombres que la ejercen contra la misma que validará las violaciones sexuales sobre las mujeres, los niños y  las niñas.

El patriarcado ha ejercido el abuso de poder históricamente en el ámbito sexual, y tras estas medidas y acciones políticas llevadas a cabo durante estos años para la erradicación de la violencia de género en todas sus formas, supone el deterioro de los avances en los recursos que dotaba a las mujeres y a las víctimas (hijos/as y menores) de un estado protector, para ahora convertirse en un estado que deja más de la mitad de la población en la desprotección de sus derechos sexuales y da indultos a medida a aquellos que según su posición socio-política ejercen este abuso de poder cómo agentes de autoridad.