El viernes 18 de marzo nos encontramos de nuevo en el Café d’Espacio (C/Cebrián, 54) en MUJERES QUE LEEN: ESPACIO DE AUTOCONCIENCIA FEMINISTA.

En esta segunda convocatoria, fuimos otra vez 17 las mujeres que nos acercamos a compartir en torno al libro de Nuria Varela, “Feminismo para principiantes”, y fueron muchos los temas sobre los que reflexionamos:

  • La participación mixta y la necesidad de seguir generando espacios propios de mujeres y de hombres.
  • La dificultad de mantener, en el momento histórico actual, la conciencia de opresión que llevó al inicio del feminismo en el marco de la Revolución francesa. Bajo el “espejismo de la igualdad” en el que vivimos, las mujeres no somos conscientes en muchas ocasiones de la opresión de género que sufrimos.
  • El desconocimiento de una Historia “completa”, donde se recojan las aportaciones de las mujeres. Estamos descubriendo, a través del libro, hechos y mujeres históricas, que en la formación reglada, ni se nombran.
  • Las distintas formas de abordar el movimiento feminista, los distintos objetivos o puntos de interés que se proponen: centrado en el acceso a la educación, la política y las instituciones; o centrado en la revolución interior de las personas y las familias; etc.
  • Lo complejo de combinar militancia política y activismo feminista, cansadas de ver cómo, casi siempre, los partidos políticos cuando “llegan al poder”, relegan las reivindicaciones feministas a un segundo, tercer o enésimo plano.
  • La necesidad de revisar la Historia y la construcción del conocimiento con perspectiva de género, con las gafas violetas puestas, para descubrir así como “los grandes pensadores” que construyeron la base del pensamiento, defendían en la mayoría de los casos ideas androcéntricas y misóginas: Aristóteles, Rousseau, Nietzsche…

De los capítulos leídos, compartimos estas frases:

“Éste es el espíritu del feminismo: una teoría de la justicia que ha ido cambiando el mundo y trabaja día a día para conseguir que los seres humanos sean lo que quieran ser y vivan como quieran vivir, sin un destino marcado por el sexo con el que hayan nacido”.

“DECIDIMOS: Que todas las leyes que impidan que la mujer ocupe en la sociedad la posición que su conciencia le dicte, o que la sitúen en una posición inferior a la del hombre, son contrarias al gran precepto de la naturaleza y, por lo tanto, no tienen ni fuerza ni autoridad”. Declaración de Sentimientos. Séneca Falls, Nueva York. 19 y 20 de julio de 1848